por Marce N. Méndez
En occidente cada día somos más los que elegimos estar bien, tratando de hacer cambios positivos, tomando la vida con actitud y generendo hábitos sanos que nos permitan vivir en armonía con nuestro planeta y también, por qué no, con el Universo.
Todos los consejos que podemos tomar en cuenta para estar mejor suman en bienestar. Sobre todo, si prestamos atención a los que vienen desde Oriente, como tradición, enseñanza o sabiduría. Es que, en general el pueblo oriental tiene ancestralmente una cultura enraizada en valores profundos que le permite cultivar, de generación en generación, más su espíritu que su cuerpo y además posee una filosofía milenaria que lo contiene. Ellos tienen otra visión de las cosas, de la vida, del sentido del deber y la felicidad, etc.
Una de las enseñanzas fascinantes de la cultura hindú es la mencionada por Helena P. Blavatsky -creadora del sistema teosófico en occidente- como «Ciencia de la Respiración» o «Pranayama». Esta ciencia es un conocimiento milenario védico que ha permanecido tradicionalmente en la India de generación tras generación formando escuelas filosóficas. Para nosotros, los occidentales que podemos llegar a entender parte de éstas enseñanzas, nos da una clave para lograr una vida equilibrada, sana y longeva. En realidad es una técnica muy compleja, a veces peligrosa para el ignorante; pero muy practicada en la cultura yóguica de la India, pues como algunos sabemos, es la que les permite a los anacoretas permanecer meses en estado de profunda meditación sin ingerir alimentos.
«Pranayama» es denominado «la ciencia de la vida» porque es el control, domino y regulación conciente del aliento o Prana. Este es un concepto altamente complejo para la vida del occidental, pues «Pranayama» es un conocimiento que pertenece a la tradición ancestral yóguica-vedantina; para nosotros conceptos así son casi inalcanzables porque somos distintos, tenemos idiosincrasias, perspectivas y estructuras mentales diferentes.
Igualmente, este conocimiento diluído en técnica para la gente occidental, conocido actualmente como la «respiración consciente» es muy efectivo para lograr un cambio rápido en nuestros estados emocionales o mentales y es una herramienta fundamental para combatir eficazmente el tan afamado estrés. La acción de respirar, en forma conciente, nos ayuda a concentrar nuestra actividad mental, aquietando los estados de anciedad, temor, angustia, cansancio, agotamiento, etc., controlando el desgaste de energía innecesario que se produce ante estas emociones tóxicas.
La respiración consciente es clave para vivir en equilibrio psicobiológico, mental y espiritual, con uno y con el mundo que nos rodea.
Una respiración, puede cambiar un pensamiento y modificar en consecuencia una acción que va a desencadenar una reacción. Es una clave para vivir bien, para disfrutar el presente, para lograr un equilibrio porque es verdaderamente poderosa.
Respirar es estar vivos, es saber que en cada inspiración ingresa Prana -energía universal de vida- dentro nuestro, es ser concientes que en cada vez que entra Prana en nosotros tenemos la sagrada oportunidad de sentirnos en armonía y unidad con el Universo.