Por Marce N. Méndez
La mente del hombre, por su condición humana, puede percibir aspectos de la Realidad Una; a medida que nuestra conciencia se amplía, con las experiencias y aprendizajes, observamos la vida de forma diferente, y esta percepción cambia.
La manera en que apreciamos o que tomamos esa “parte” de la Realidad es directamente proporcional al conocimiento, flexibilidad y apertura mental que alcancemos cada uno durante nuestra existencia. Lo bueno es que esta percepción es dinámica, puede crecer y se amplía a medida que nos abrimos a los «otros» y aprendemos de otras expresiones humanas, de otras culturas, religiones o creencias.
Cuando logramos saltar la barrera del intelecto, de los preconceptos, de los prejuicios o esquemas mentales, llamado para el budismo, ignorancia; descubrimos que en todas las manifestaciones humanas de amor, solidaridad, servicio,y en la sabiduría y cultura de los pueblos existe un hilo conductor, un denominador común, una forma velada de la Verdad, una parte del Todo “encarnada” como expresión de amor y sabiduría. Y es que en el Todo donde oculta la Verdad.
La Humanidad es una Entidad, única y espiritual… En la diversidad está la clave para descubrir quiénes somos realmente.
Todavía no nos dimos cuenta que el amor es la única energía que nos mantiene unidos? Respetar es amar en libertad.
Respetemos la diversidad, que es la manifestación de la Vida Una.
Día de la Diversidad Cultural… Un día para reflexionar.