por Marce N. Mendez
Muchas veces sentimos atracción por alguien que recién conocemos o un simple rechazo, sin entender por qué nos pasa esa sensación. Es que vibracionalmente somos sensibles a nuestro entorno y como imanes, nos atraemos si es una energía afín o nos rechazamos si somos polos opuestos.
Es que cada uno de nosotros es un conjunto de varias calidades de energías compuestas básicamente en tres grupos: todo lo que comemos, todas las emociones + sentimientos y todos los pensamientos que tenemos desde que nacemos!!! Cada aspecto aporta una cualidad de energía que da un resultado: uno mismo. Esa nuestra identidad energética, nuestra «huella digital» y es la calidad de energía que nos define como personas. En teosofía este campo electromagnético se denomina nuestro cuerpo de luz o campana áurica.

Este campo de luz y vitalidad tiene dos funciones sagradas: nos protege de energías negativas y mantiene la salud del cuerpo físico.
Si lo afectamos con una alimentación deficiente, emociones destructivas/violentas y pensamientos depresivos/ de separatividad u odio, estamos afectando gravemente esta campana de protección, desgarrando sus hilos como un tejido, causando tarde o temprano, enfermedades físicas, emocionales y mentales. Ni hablar el efecto de destrucción que causan las adicciones a cualquier sustancia, tanto sean drogas o alcohol.
Debemos aprender a cuidar nuestro campo de luz porque es nuestra única protección energética, comencemos a concienciar qué comer, qué emociones vamos a estimular en nosotros,y qué pensamientos permanecerán en nuestras vidas; porque todo lo que elijamos consciente o inconscientemente quedará «pegado» en ese campo de luz y nos va afectar por mucho tiempo; tanto como decidamos alimentar esa acción, emoción o pensamiento.
Es importante también plantearnos con quién vamos a compartir nuestro tiempo libre y nuestras energías porque
son contagiosas, esto significa que si elegimos estar con alguien que tiene buena onda, es positivo y alegre, cambiará por contagio nuestras energías. Si por el contrario elegimos alguien negativo, pesimista y depresivo, su negatividad se nos «pegará» a nuestras energías afectando nuestro campo de luz.
Si desean potencializar este campo de luz, aquí una buena receta: pensamientos buenos y positivos + vivir intensamente la espiritualidad + realizar servicio con las personas que nos rodean -sobre todo con nuestra familia- + ejercicios de vitalización al sol. Estas actividades sencillas son el mejor escudo contra las malas ondas, la negatividad, la envidia y las enfermedades.
¡¡Elijamos con sabiduría con quién compartir nuestras energías, comenzando por hacer los cambios necesarios para disfrutar de una salud pránica uno mismo!! ¡Es el mejor regalo que nos podemos hacer!
Y compartamos sinceramente la espiritualidad con los más cercanos para que sea contagioso desde nuestro ejemplo sincero de amor y humanidad.
Muy buena semana para tod@s!