por Marce N. Méndez
«Cada día por la mañana o al atardecer, trata de dar un paseo o caminata en algún parque o plaza que sean seguros y tranquilos, de una hora. En lo posible intenta buscar hacer contacto con la naturaleza.»
Debemos ser concientes que tenemos que tomarnos un tiempo de paz para conectarnos con la naturaleza y darnos un espacio personal para contemplar el cielo, los árboles, los pájaros, las flores.
Cuando realizamos estas caminatas con la conciencia de armonizarnos en un entorno verde, abierto y tranquilo, nuestra mente descansa de las presiones del día y puede restablecer rápidamente el equilibrio.
Para esto, debemos escoger un lugar tranquilo, sin ruidos molestos, que sea pacífico y seguro. Para que no nos invadan pensamientos de temor, inseguridad o desconfianza.
El contacto con la naturaleza nos cambia la energía en forma instantánea, aunque sea sólo media hora, la idea es aprovechar ese momento para realizar un ejercicio sencillo de respiración y vincularnos energéticamente con ese espacio natural.
En el taoísmo exite una instrucción para aquellos que han alcanzado un desarrollo espiritual que dice asi: «elimina lo gastado o lo viejo y recibe lo nuevo o fresco».
Debemos aplicar este principio al cuerpo y la mente.
Respirar es un buen ejemplo de este principio. Cada minuto estamos espirando aire viciado e inspirando aire nuevo. Esto nos permite continuar llevando una existencia sana.
Si estamos en las estaciones cálidas, debemos orientarnos de frente al sol y realizar las respiraciones, por la nariz con la consigna de vaciar los tóxicos al sacar el aire y al inspirar, tomar toda la energía vital de la naturaleza para incorporarla en nuestro cuerpo como salud y bienestar.
En las estaciones frías no es recomendable utilizar estos ejercicios de respiración. Pero sí podemos armonizarnos, a través de la respiración, con el entorno «verde» para equilibrar las emociones y nuestros estados mentales.
Repetir estos ejercicios todas las mañanas es lo ideal. En el transcurso del día iremos notando la diferencia en nuestra actitud con los demás y con la propia vida; y con el tiempo veremos los resultados en la salud del cuerpo físco, emocional y mental.
Namasté.